lunes, 22 de diciembre de 2014

Lo llaman navidad. Por llamarlo de alguna de manera.


Dos semanas donde el ser-consumista llega a su plenitud y todo lo que nos envuelve es una glorifiación constante de dicho ser. Lo llaman navidad. Por llamarlo de alguna de manera. Pero es el Dios-Mercado y no el niño Jesús, quien en estos días es alabado.
La navidad ya no existe sino como mera ficción, como mero espectáculo, como representación teatrarizada de algo que fue pero que ya dejó de ser, aunque se presente ante nuestros ojos como siendo. La navidad ha muerto, hace mucho. De ella solo queda el folclore.
Ahora lo que se impone es otro tipo de fiesta, vinculada a otro tipo de religión, en la cual se conservan algunos vestigios de la vieja tradición, pero sin que supongan ya en sí mismos reflejo de estas fechas alguno.
No es la cena de noche-buena ni la de noche-vieja, ni es el belén, ni es árbol de navidad, son las colas en los centros comerciales, las luces de colorines que invaden las calles comerciales del centro de las ciudades, los anuncios típicos con el folclore típico de la navidad, el ansia por gastar, el papa noel de la Coca-Cola, las bolsas con marca de tienda repletas de productos en las manos de personas que caminan a toda velocidad por las calles, lo que ahora de verdad es importante para la sociedad en estas fechas.
Disfruten lo que puedan, si pueden. Porque es jodio cuando nada se tiene en esta sociedad donde se vale por lo que se tiene, y más en estas fechas donde eso se hace especialmente visible ante los ojos de todos y todas. Por desgracia en estos tiempos hay muchas personas en esas situaciones de carencia absoluta, que al llegar estas fechas no pueden sino hundirse más.
Así que, para quienes puedan, ¡Feliz... lo que sea!, como lo quieran llamar.
Y que se vaya a la mierda la falsa empatía y solidaridad que se quiere visibilizar como rasgo inherente a estas fechas. Es todo lo contrario.
Egoísmo, individualismo, competitividad, a más no poder. "Dime lo que compras y te diré quien eres". Y si no puedes comprar, te jodes. No eres nadie. 
Navidad solidaria, claro. Al estilo de la solidaridad del gobierno con los bancos. Solidaridad del capital con el capital, que así ganamos todos.
Compra, consume, gasta, verás como alguien te lo agradece. Esa es la verdadera solidaridad navideña. Tú gastas, ellxs se forran.
Gracias, y a seguir...
que luego viene las rebajas, y luego otra cosa, y luego otra, que, joder, en esta sociedad sí, todo el año es navidad, aunque solo en navidad haya belenes.
Dos semanas donde el ser-consumista llega a su plenitud y todo lo que nos envuelve es una glorifiación constante de dicho ser. Lo llaman navidad. Por llamarlo de alguna de manera. Pero es el Dios-Mercado y no el niño Jesús, quien en estos días es alabado.
La navidad ya no existe sino como mera ficción, como mero espectáculo, como representación teatrarizada de algo que fue pero que ya dejó de ser, aunque se presente ante nuestros ojos como siendo. La navidad ha muerto, hace mucho. De ella solo queda el folclore.
Ahora lo que se impone es otro tipo de fiesta, vinculada a otro tipo de religión, en la cual se conservan algunos vestigios de la vieja tradición, pero sin que supongan ya en sí mismos reflejo de estas fechas alguno.


 No es la cena de noche-buena ni la de noche-vieja, ni es el belén, ni es árbol de navidad, son las colas en los centros comerciales, las luces de colorines que invaden las calles comerciales del centro de las ciudades, los anuncios típicos con el folclore típico de la navidad, el ansia por gastar, el papa noel de la Coca-Cola, las bolsas con marca de tienda repletas de productos en las manos de personas que caminan a toda velocidad por las calles, lo que ahora de verdad es importante para la sociedad en estas fechas.

Disfruten lo que puedan, si pueden. Porque es jodio cuando nada se tiene en esta sociedad donde se vale por lo que se tiene, y más en estas fechas donde eso se hace especialmente visible ante los ojos de todos y todas. Por desgracia en estos tiempos hay muchas personas en esas situaciones de carencia absoluta, que al llegar estas fechas no pueden sino hundirse más.


Así que, para quienes puedan, ¡Feliz... lo que sea!, como lo quieran llamar.
Y que se vaya a la mierda la falsa empatía y solidaridad que se quiere visibilizar como rasgo inherente a estas fechas. Es todo lo contrario.


Egoísmo, individualismo, competitividad, a más no poder. "Dime lo que compras y te diré quien eres". Y si no puedes comprar, te jodes. No eres nadie.
Navidad solidaria, claro. Al estilo de la solidaridad del gobierno con los bancos. Solidaridad del capital con el capital, que así ganamos todos.


Compra, consume, gasta, verás como alguien te lo agradece. Esa es la verdadera solidaridad navideña. Tú gastas, ellxs se forran.
Gracias, y a seguir...
que luego viene las rebajas, y luego otra cosa, y luego otra, que, joder, en esta sociedad sí, todo el año es navidad, aunque solo en navidad haya belenes.


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