En estos últimos años, sobre todo, tras el fin de ETA y el inicio
del proceso de paz en Euskal Herria, son varios los informes que se han
publicado sobre la práctica de la tortura contra presos políticos
vascos, no sólo duran la dictadura, sino también, durante la democracia.
En estos últimos años, sobre todo,
tras el fin de ETA y el inicio del proceso de paz en Euskal Herria, son
varios los informes que se han publicado sobre la práctica de la tortura
contra presos políticos vascos, no sólo duran la dictadura, sino
también, durante la democracia.
El informe más completo hasta la fecha
es el de la Fundación Euskal Memoria, que datan 5.022 “casos
verificados”-todos ellos bajo declaración jurada- de torturas entre
1.947 y 2.014. Actualmente, el forense Francisco Etxeberría, está
elaborando un informe para el Gobierno Vasco en el que ya ha datado
3.587 casos de torturas entre 1.960 y 2.013.
Según el informe de Euskal Memoria, las
estadísticas indican que el 46% de las denuncias apuntan a la Policía
Nacional y el 42% a la Guardia Civil. La Ertzaintza registra 350 casos
(7%), mientras que los “cuerpos de seguridad de otros estados”- son
responsables de los 199 restantes. En cuanto a sexos, 4.224 de los
denunciantes son hombres y 798 mujeres.