sábado, 27 de diciembre de 2014

LA “MARCA” PABLO IGLESIAS NO NOS REPRESENTA


Al comenzar este comunicado queremos dejar claro que nuestra intención no es valorar o cuestionar la persona de Pablo Iglesias ni mucho menos a Podemos, por una parte dado el carácter y consenso apartidista del 15m y por otra para distanciarnos firmemente de la derecha y de los medios del régimen y de la banca en sus campañas de desprestigiar cualquier intento de transformación social. Sí que nos vemos obligado a pronunciarnos sobre algunos mecanismos a la hora de hacer política que nos preocupan y a afirmar nuestro compromiso con la lucha ciudadana por una verdadera transición política, económica y ecológica.


Entre nuestros mínimos consensuados como Asamblea General del 15m de Granada destacan no solamente la evidente y muy necesaria resistencia y lucha en contra de los recortes, sino que también hemos defendido otra forma de toma de decisiones, otra forma de hacer política basado en un modelo asambleario, de participación y de decisión entre todas las personas, así como un Proceso Constituyente Ciudadano.
En temas de economía hemos consensuado la propuesta del decrecimiento no solo en contraste con el crecimiento del sistema capitalista sino también para distanciarnos de las propuestas enfocadas a reformar el capitalismo o a una vuelta a “la normalidad” del año 2007. Nuestra apuesta por una salida de la crisis económica, ecológica y energética, pasa por un radical e inclusivo “vivir mejor con menos” (que significa un “menos” en términos economicistas y un “mas” en términos de calidad de vida) aplicada bajo criterios de 
equidad, de autogestión y de carácter anticapitalista.Desde aquel 15 de mayo 2011 hemos luchado con mucha entrega e ilusión, solidaridad y sacrificio por nuestras creencias, aguantando la represión del sistema a todos los niveles (agresiones físicas, multas, penas de cárcel, criminalización social). A la vez consideramos el momento actual desde muchos puntos de vista como un punto clave en la Historia. Por ambos motivos no nos vamos a permitir que esa única e histórica oportunidad de cambio se quede en otro engaño, en otro “OTAN No/de entrada No/¡¡¡OTAN SI!!!” y exigimos a cualquier entidad que se arroge la representación o herencia de nuestra lucha que respete o refleje nuestros mínimos en su actuar, acompañados de mecanismos de garantías para que la historia no se vuelve a repetir. Demasiadas veces hemos visto ejemplos de cómo el propio sistema se encarga de realizar transiciones para que en el fondo nada cambie, mediatizando, canalizando, desviando y desvirtuando el descontento, la indignación ciudadana y la contestación social hacia sus cauces y hacia liderazgos concretos con posibilidades de ser comprados, corrompidos o coaccionados, para, por una parte controlar y desactivar la lucha social y el proceso del empoderamiento ciudadano (el trasfondo de la “modélica” Transición Española) y, por otra, para perpetrar su poder y la representación de sus oscuros intereses.
A pesar de las expectativas de cambio y encuestas de voto (en gran parte generadas por el 
 propio sistema), los cambios verdaderos solamente se consiguen a través de un proceso de empoderamiento individual y colectivo de la sociedad, fomentada y acompañada por un modelo de hacer política diferente de todos los anteriores, donde no caben lideres ni seguidores, representantes y personas quedándose en sus casas, la verticalidad en la toma de las decisiones, “salvadores”, “varitas mágicas” u otros atajos seductores del sistema al camino a recorrer y donde el modelo de un líder fuerte, carismático y mediático es más bien contraproducente, al igual que una “marca” de cambio, perteneciente a la vieja forma de hacer política, un anacronismo como la propia Casa Real digno de ser instalado en el museo de Paleontología política a lado del “producto” Obama, Felipe González, Los Verdes Alemanes y un demasiado largo etcétera de engaños y fracasos a lo largo de la historia.
A nuestro entender los cambios verdaderos vienen de abajo hacia arriba y necesitan su tiempo y proceso, donde el “cómo” es tan importante como “la meta” y donde la necesaria unidad no se crea a base de un liderazgo (mediático) sino a base de un consenso y de una implicación real (presencial) entre todas las personas. En este sentido es preferible dejar de lado las prisas (generadas por el calendario del sistema) y avanzar a paso firme, perder alguna otra batalla antes que perder la guerra en este momento clave y único, que no es de la propiedad de ningún líder (ni tampoco del 15m) sino que es de todas las personas, y cuya única garantía de un desenlace favorable es la presencia de una amplia mayoría social concienciada, comprometida y autoorganizada.
Asamblea General del 15m de Granada

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