La periodista publica 'La gran desmemoria. Lo que Suárez olvidó y
el Rey prefiere no recordar' (Planeta), en el que repasa la Transición y
el 23F
En una entrevista en el diario El Mundo, afirma: "[El golpe] Sale de Zarzuela y sigue en Zarzuela desde julio del 80 hasta la segunda semana de febrero de 1981. Yo dejo al rey fuera del golpe del 23-F"
En una entrevista en el diario El Mundo, afirma: "[El golpe] Sale de Zarzuela y sigue en Zarzuela desde julio del 80 hasta la segunda semana de febrero de 1981. Yo dejo al rey fuera del golpe del 23-F"
El libro sale a la venta este jueves. Y por lo que ha revelado en su entrevista con Miguel Ángel Mellado en El Mundo,
será polémico. La periodista Pilar Urbano recrea conversaciones en las
vísperas del golpe militar del 23 de febrero de 1981. Unas semanas de
enfrentamientos entre el presidente Adolfo Suárez y el jefe de Estado,
el rey Juan Carlos, quien, según Urbano, perseguía un golpe de timón en
el Gobierno de entonces.
"Tú estás aquí porque te ha
puesto el pueblo con no sé cuántos millones de votos...", afirma Urbano
que le espetó el rey a Suárez en aquellos momentos: "Yo estoy aquí
porque me ha puesto la Historia, con setecientos y pico años. Soy
sucesor de Franco, sí, pero soy el heredero de 17 reyes de mi propia
familia. Discutimos si OTAN sí u OTAN no, si Israel o si Arafat, si
Armada es bueno o peligroso. Y como no veo que tú vayas a dar tu brazo a
torcer, la cosa está bastante clara: uno de los dos sobra en este país.
Uno de los dos está de más. Y, como comprenderás, yo no pienso
abdicar".
Según Urbano, "para Suárez está clarísimo
ya en ese momento que la Operación Armada nace en Zarzuela y que el alma
es el rey: que don Juan Carlos es el muñidor para que Armada sea el
presidente de un Gobierno de concentración. Incluso que el mismo rey
conocía el Gobierno que el golpista tenía preparado. Un Gobierno en el
que, entre otros, Felipe González iba de vicepresidente".
Así, la periodista afirma en la entrevista: "El 23-F, como le digo, no
debería haberse producido. Pero a Armada el rey le había puesto los
patines, y ya no quiere parar".
"Si el Rey está o no está en el 23 de febrero, si está enterado o
no...", prosigue Urbano: "Hay cosas llamativas, raras, anómalas. Que los
hijos del rey no vayan ese día al colegio, como tampoco fueron al
colegio los hijos de los americanos de Torrejón, que le dijeran al
médico de Zarzuela que ese día estuviera en Palacio desde por la mañana,
que cierta vedette, Bárbara Rey, declarara, ¡vaya usted a saber si es
cierto!, que el Rey la llamó diciéndole, "oye, el lunes, 23, procura no
ir a recoger al colegio a los niños, porque puede pasar algo...". Y
otras curiosas coincidencias. Igual que no se entiende lo de Osorio
diciéndole a Fraga en el Congreso, en pleno golpe, "Manolo, baja y dile a
Tejero que llame a Armada". ¿Por qué quiere llamar Osorio a Armada?
¿Qué sabe él? O, también, que de los siete padres de la Constitución,
cinco conocieran en qué consistía la Operación Armada y que durante los
acontecimientos del 23-F en el Congreso estuvieran relativamente
tranquilos en sus escaños, leyendo o prestando sus abrigos a los rehenes
de oro. Leían tranquilamente Gregorio Peces-Barba, Miguel Herrero, Gabi
Cisneros, Jordi Solé Tura y Fraga, padres constituyentes, también
estaban en la lista de Gobierno de Armada. Al Rey, en cualquier caso, la
actuación de Tejero le resultó antiestética, irreflexiva, repugnante
por la violencia de los tiros... Eso no era presentable. Lógicamente, yo
tengo que pensar que el Rey no estaba en el 23-F; otra cosa es que,
bueno, Armada sí que habla con el Rey ese día, aunque luego en los
juicios se quiso borrar la interlocución del Rey esa noche. No aparece
en las actas, como si se hubiera pasado un típex: en lugar del rey
aparece Sabino".
El golpe, según Urbano: "Sale de
Zarzuela y sigue en Zarzuela desde julio del 80 hasta la segunda semana
de febrero de 1981. Yo dejo al rey fuera del golpe del 23-F [...]. El
rey también decía en la primera edición [de la biografía autorizada
escrita por José Luis de Vilallonga], la francesa, que él habló con
Armada varias veces esa noche. En fin, hay un momento en el que Sabino
me dice que, en el supuesto de que, tomado el Congreso, Armada hubiera
conseguido proponer su Gobierno de concentración, y hubiese sido
necesaria la presencia de una autoridad superior al nuevo presidente del
Gobierno y que ratificara moralmente su elección, en ese caso... el
Elefante Blanco sólo podía ser el rey".
"Y es cierto
que el Rey dio su venia al cambio de la dictadura a la democracia",
reconoce Urbano: "Él tenía todos los poderes heredados de Franco, y no
había Constitución que le constriñese: podía haber dicho que no. Ahora
bien, en importantes momentos más que motorizar metió el freno [...].
Sobre esto del medallero no siempre meritado, me rechina escuchar y leer
el tópico de que «el Rey nos salvó del golpe». El Rey nos salvó in
extremis de un golpe que él mismo había puesto en marcha, no queriendo
que fuera un golpe, queriendo una solución fraguada en el Parlamento;
pero Suárez le advertía: "¡Esto es un golpe!".
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