sábado, 29 de marzo de 2014

Juan José Ibarretxe reivindica el «‘voice or exit’, o me das la palabra o me largo»


Juan José Ibarretxe reivindica el «‘voice or exit’, o me das la palabra o me largo»
Despojado de los inevitables corsés del cargo de lehendakari y tras ver mucho mundo en estos últimos años, Juan José Ibarretxe lo tiene aún más claro: si el derecho a decidir no se acepta con normalidad, van a proliferar las declaraciones unilaterales de independencia. El principio del futuro es «voice or exit», ha asegurado en Bilbo.

Ibarretxe
Juan José Ibarretxe, junto al resto de participantes en la mesa redonda.

«Antes que el yes we can de Obama aquí ya teníamos el ezina ekinez egina»
El lehendakari que en 2005 defendió en el Congreso el Estatuto que incluía este derecho a decidir –y que recibió «un portazo con desfachatez», recuerda– ha sido el principal protagonista de la mesa redonda sobre el encaje jurídico del derecho a decidir organizada por el Colegio de Abogados de Bizkaia en Bilbo.



Junto a él, otras tres voces con gran conocimiento de la cuestión y muy informadas de la palpitante actualidad internacional en torno a ella: la profesora de la Universidad de Edimburgo Elisenda Casana, el profesor de la UPV Iñigo Urrutia y la abogada y miembro de la Assemblea Nacional Catalana (ANC) Irene Martín.

Sin las ataduras inherentes a su anterior cargo y con la experiencia académica acumulada en estos años, de pie y micrófono en mano, Ibarretxe se ha presentado más convencido que nunca. Incluso con argumentos caseros: «Hoy día, ni tus hijos viven contigo si no participan en las decisiones de la familia». Destaca que en el panorama internacional se impone el principio de «voice or exit, o me das la palabra o me largo». Y por eso augura declaraciones unilaterales de independencia si el derecho a decidir no se reconoce «con naturalidad» a pueblos como el vasco.

Didáctico y ocurrente, Ibarretxe ha contado anécdotas como el reciente careo que tuvo en la T-4 de Barajas con un empresario que le espetó: «Usted tiene la culpa de todo lo que está pasando en España». Por contra, para Ibarretxe es precisamente la cerrazón española la que «está generando más independentistas que Sabino Arana».

Entre citas constantes y variadas, desde el escultor Miguel Ángel hasta el Nobel de Economía Joseph Stiglitz, el que fuera lehendakari entre 1998 y 2009 ha comenzado apuntando que «la vida se comprende mirando hacia atrás, pero se vive mirando hacia adelante». Y desde esa perspectiva, ha admitido ante el auditorio que «no sabemos dónde va a parar el autobús, pero sí sabemos que en esta parada no nos gusta estar».

«Todo está por hacer, todo es posible», ha concluido Ibarretxe, para quien se trata ahora de sacar a la luz una Euskal Herria soberana, como la figura que está oculta dentro del mármol de la que hablaba Miguel Ángel. Sin detallar un camino concreto, Ibarretxe sí se ha declarado muy optimista y ha animado a perseverar: «Antes que el yes we can de Obama aquí ya teníamos el ezina ekinez egina».

El TC entra en juego

La mesa redonda ha analizado aspectos de la más rabiosa actualidad, como el fallo del Tribunal Constitucional español contra la declaración soberanista del Parlament, en la que algunos afirman ver una cierta puerta abierta por la alusión explícita al derecho a decidir como una «aspiración política».

Iñigo Urrutia ha llamado la atención sobre otra frase que indica que el Parlamento español «deberá entrar a considerar» las propuestas que llegan de las autonomías, algo que difiere de lo que hizo en 2005 con el patadón al proyecto de Estatuto. Para el profesor de la UPV, supone «una llamada de atención contra el inmovilismo».

Menos luz aprecia ahí Irene Martín, que estima que «es una obviedad que el TC admita que la independencia es un hecho político, no jurídico», y considera que lo único que tenía que haber hecho es inadmitir a trámite el recurso y no entrar a valorar la declaración. Ibarretxe ha disentido: «Con sus antecedentes, a mí me gusta que el TC se haya puesto la camiseta para jugar en política directamente. Me parece estupendo, ¿qué queréis que os diga?».

Dada su condición de juristas, tanto Martin como Casanas, y sobre todo Urrutia, se han extendido sobre las posibilidades de encaje jurídico del derecho a decidir. Han coincidido en que las opciones son muchas más que las se plantean en las versiones oficiales, y además todos ven claro que si se produce una colisión entre la legitimidad democrática y la legalidad, entre la libre decisión de los pueblos y el entramado jurídico actual, ganará la primera. «Voice or exit», de nuevo. De hecho, Martín ha resumido los efectos que ya está creando el proceso catalán en la ciudadanía: «La desconexión mental respecto al Estado español es creciente. No solo se ve la independencia como una cosa posible, sino inevitable».

Muy diferente al panorama que tienen por delante Euskal Herria o Catalunya es la fotografía de Escocia, donde Casanas ha detallado que después del acuerdo Londres-Edimburgo el único debate es «independencia sí o no» y se desarrolla por cauces absolutamente claros y civilizados. Incluso ha apuntado que el resultado no será determinante, porque el referéndum de setiembre se observa como una etapa más de un proceso: «Gane el sí o el no, eso va a llevar a una serie de negociaciones que dependerán de los votos que se logren ahora, de la fuerza de cada parte».

Irene martín, Abogada y representante de ANC:
Martín puso el foco sobre el aspecto de «la sociedad civil organizada», clave en el proceso catalán. Destacó el valor que tuvieron las consultas pueblo a pueblo iniciadas en Arenys de Munt en 2009: «La voluntad y la capacidad de la gente de echar horas supuso un cambio de chip en la ciudadanía, y es uno de los movimientos más silenciados de los últimos años», se quejó. Dijo que la Assemblea nació casi inevitablemente, «porque la gente pedía avanzar de algún modo».
El resto de los pasos hasta hoy son conocidos. La ANC va incluso por delante de una eventual prohibición de la consulta con la iniciativa masiva de recogida de votos que den fe de la posición de cada independentista. Destacó el valor de «innovar» y el modo en que las leyes actuales van apareciendo nítidamente como «trampas contra derechos». Y añadió otro factor: «Es creciente la desconexión mental respecto al Estado español. No solo se ve la independencia como cosa posible, sino inevitable».
Elisenda Casanas, profesora de Edimburgo:
Muy diferente al panorama que tienen por delante Euskal Herria o Catalunya es la realidad de Escocia, donde Casanas detalló que tras el acuerdo Londres-Edimburgo el único debate ha sido ya «independencia sí o no» y se desarrolla por cauces claros y civilizados. Explicó que eso provoca incluso la moderación de las dos posiciones: así, los partidarios del «sí» se han decantado por mantener la monarquía y la libra, y los del «no» ultiman ofertas para profundizar en la devolution de competencias.
En coherencia con esta concepción progresiva, estimó que el resultado de setiembre no será determinante, porque el referéndum se observa como una etapa más: «Gane el sí o el no, eso va a llevar a una serie de negociaciones que dependerán de los votos que se logren ahora, de la fuerza de cada parte», auguró Casanas.
La diferencia de origen, reconoció la profesora, estriba en que Londres reconoce al resto de naciones, cosa que el Estado español no hace.
«Han generado más independentistas que Sabino Arana»
Ibarretxe abrió su alocución con una anécdota ilustrativa. Explicó que en un viaje reciente, en el tren que lleva a Barajas, fue abordado por un empresario que le preguntó si era el exlehendakari y tras recibir respuesta positiva le espetó agriamente: «Usted tiene la culpa de todo lo que está pasando en España». En la conversación posterior, su interlocutor insistió en reivindicarse como «español» y en preguntarle a Ibarretxe cuál es su identidad. Este se presentó como «vasco», y el otro siguió: «Vasco, ¿y qué más?». Y Ibarretxe concluyó: «¿Acaso es usted algo más que español? Pues yo tampoco».
Para el exmandatario de Ajuria Enea y actualmente profesor, la anécdota ilustra que es precisamente la cerrazón española «la que ha generado más independentistas que Sabino Arana». Y en la pantalla proyectó una frase suya aquel febrero de 2005 en la que avisaba al Congreso de los Diputados de que su problema resurgiría.
Ibarretxe dejó claro con su tono que está molesto por el trato que recibió a nivel político y personal. Así, al citar a personalidades que defienden el derecho a decidir, apuntó irónicamente: «Y eso no lo dicen racistas y xenófobos como yo».

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