A dos meses para la cita entre Durango e Iruñea, 22.000
personas se han comprometido ya a participar en esa cadena humana por el
derecho a decidir. La cifra se dio en La Casilla, en un animado
mosaico de iniciativas y testimonios individuales y colectivos que
muestran un tren en marcha.
La ciudadanía fue la principal protagonista del acto que la dinámica
Gure Esku Dago organizó ayer en el Pabellón de la Casilla de Bilbo para
mostrar la ilusión generada por el reto que supone reunir a 50.000
personas en una cadena humana que ocupará 123 kilómetros entre Durango e
Iruñea el próximo 8 de junio.
Ante un pabellón abarrotado -decenas de personas se quedaron fuera al completarse el aforo- y entregado a cada muestra de apoyo al derecho a decidir, el acto reunió diversas expresiones de apoyo a la iniciativa, en la que trabajan cientos de grupos en pueblos y barrios para seguir tejiendo complicidades y hacer llegar «la legitimidad del derecho, su necesidad y la oportunidad que brinda la situación actual».
Los presentadores Xabier Euzkitze y Naroa Iturri condujeron 90 minutos de intervenciones. El acto arrancó con los testimonios de representantes de cuatro comités de Gure Esku Dago de Donostia, Barakaldo, Etxarri y Gasteiz. Desde tres realidades muy distintas, se dejó sentado que «no necesitamos el reconocimiento de nadie para decidir» y que ejercer el derecho y defenderlo empieza por interiorizar que cada uno de nosotros tiene derecho de decidir. No ocultaron las peculiaridades de cada uno de los lugares de los que provenían, como en el caso del representante del grupo de Gure Esku Dago de Barakaldo, que en lazando con la filosofía de la dinámica recordó que cuando jugaban en la calle «no preguntábamos de dónde viene tu familia sino dónde trabaja tu padre». Explicó que en su municipio, la quinta ciudad de Euskal Herria por número de habitantes, el reto es buscar la manera de que gente muy diversa asuma el derecho a decidir como algo propio y de utilidad en su día a día. Después llegaría otra realidad alejada, la de Etxarri Aranatz, a puertas de una consulta popular el próximo 13 de abril, en la que los vecinos van a poder expresar en las urnas si quieren ser ciudadanos de una Euskal Herria independiente. Solo los etxarriarras podrán votar, pero lanzaron una invitación a «participar en la fiesta de la democracia» que celebrarán ese día, en la que habrá otros actos.
El humor llegó primero con Porrotx, que puso a bailar a las gradas, y siguió con Anjel Alkain e Iker Galartza, que hicieron aparición al más puro estilo «Braveheart» y acabaron levantando sus faldas.
A lo largo de todo el acto se sucedieron los vídeos llegados desde la diáspora y también desde Catalunya y Escocia, y pasaron por el escenario, un pasillo situado en el centro del pabellón, conocidas caras del deporte vasco, entre las que se encontraban remeros de distintos equipos y exjugadores de equipos de fútbol vascos ejemplificando que se puede ser rival en el campo pero hay cosas que les unen, como en este caso el derecho a decidir. «Nos sentimos parte de un gran equipo», dijeron Endika Guarrotxena, en euskara, y Aitziber Juaristi, en castellano, para enfatizar que «hay equipo, banquillo y una inagotable cantera», pero «es la hora de la grada, del público». En este sentido, se destacó que el trabajo en común se sustenta en tres pilares: somos un pueblo, tenemos derecho a decidir y la iniciativa le corresponde ahora a la ciudadanía.
Especialmente aplaudida fue la intervención de un grupo de personas de distintas procedencias, que puso en pie a las gradas. Cada uno de ellos fue enumerando sus países de origen: Ecuador, Sahara, Països Catalans, Guinea-Bisáu, Chile, Senegal, Tailandia, Colombia...y Canarias, cuyo representante reclamó en guanche la iniciativa Gure Esku Dago para su país. En un texto leído en euskara, agradecieron la acogida recibida en Euskal Herria. «Nosotros también somos ciudadanos vascos y estamos a favor del derecho a decidir», afirmaron, antes de agregar que estarán en la cadena humana del 8 de junio.
Con respecto a esa jornada, clarificaron el funcionamiento de la dinámica, que arrancará a las 11.00 en los lugares señalados a los participantes, y animaron a sumarse a las 22.000 personas que se han comprome- tido, inscribiéndose y adquiriendo metros libres.
Ante un pabellón abarrotado -decenas de personas se quedaron fuera al completarse el aforo- y entregado a cada muestra de apoyo al derecho a decidir, el acto reunió diversas expresiones de apoyo a la iniciativa, en la que trabajan cientos de grupos en pueblos y barrios para seguir tejiendo complicidades y hacer llegar «la legitimidad del derecho, su necesidad y la oportunidad que brinda la situación actual».
Los presentadores Xabier Euzkitze y Naroa Iturri condujeron 90 minutos de intervenciones. El acto arrancó con los testimonios de representantes de cuatro comités de Gure Esku Dago de Donostia, Barakaldo, Etxarri y Gasteiz. Desde tres realidades muy distintas, se dejó sentado que «no necesitamos el reconocimiento de nadie para decidir» y que ejercer el derecho y defenderlo empieza por interiorizar que cada uno de nosotros tiene derecho de decidir. No ocultaron las peculiaridades de cada uno de los lugares de los que provenían, como en el caso del representante del grupo de Gure Esku Dago de Barakaldo, que en lazando con la filosofía de la dinámica recordó que cuando jugaban en la calle «no preguntábamos de dónde viene tu familia sino dónde trabaja tu padre». Explicó que en su municipio, la quinta ciudad de Euskal Herria por número de habitantes, el reto es buscar la manera de que gente muy diversa asuma el derecho a decidir como algo propio y de utilidad en su día a día. Después llegaría otra realidad alejada, la de Etxarri Aranatz, a puertas de una consulta popular el próximo 13 de abril, en la que los vecinos van a poder expresar en las urnas si quieren ser ciudadanos de una Euskal Herria independiente. Solo los etxarriarras podrán votar, pero lanzaron una invitación a «participar en la fiesta de la democracia» que celebrarán ese día, en la que habrá otros actos.
El humor llegó primero con Porrotx, que puso a bailar a las gradas, y siguió con Anjel Alkain e Iker Galartza, que hicieron aparición al más puro estilo «Braveheart» y acabaron levantando sus faldas.
A lo largo de todo el acto se sucedieron los vídeos llegados desde la diáspora y también desde Catalunya y Escocia, y pasaron por el escenario, un pasillo situado en el centro del pabellón, conocidas caras del deporte vasco, entre las que se encontraban remeros de distintos equipos y exjugadores de equipos de fútbol vascos ejemplificando que se puede ser rival en el campo pero hay cosas que les unen, como en este caso el derecho a decidir. «Nos sentimos parte de un gran equipo», dijeron Endika Guarrotxena, en euskara, y Aitziber Juaristi, en castellano, para enfatizar que «hay equipo, banquillo y una inagotable cantera», pero «es la hora de la grada, del público». En este sentido, se destacó que el trabajo en común se sustenta en tres pilares: somos un pueblo, tenemos derecho a decidir y la iniciativa le corresponde ahora a la ciudadanía.
Especialmente aplaudida fue la intervención de un grupo de personas de distintas procedencias, que puso en pie a las gradas. Cada uno de ellos fue enumerando sus países de origen: Ecuador, Sahara, Països Catalans, Guinea-Bisáu, Chile, Senegal, Tailandia, Colombia...y Canarias, cuyo representante reclamó en guanche la iniciativa Gure Esku Dago para su país. En un texto leído en euskara, agradecieron la acogida recibida en Euskal Herria. «Nosotros también somos ciudadanos vascos y estamos a favor del derecho a decidir», afirmaron, antes de agregar que estarán en la cadena humana del 8 de junio.
Con respecto a esa jornada, clarificaron el funcionamiento de la dinámica, que arrancará a las 11.00 en los lugares señalados a los participantes, y animaron a sumarse a las 22.000 personas que se han comprome- tido, inscribiéndose y adquiriendo metros libres.
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