“A REY MUERTO, REY PUESTO” (El último Show de Juan Carlos de Borbón)
A más de uno le cogió por sorpresa la abdicación del tristemente célebre “rey de copas”,
quien con rostro golpeado y ausente y voz gangosa por los años, habló
en un escenario previamente preparado, al igual que su alocución
ensayada como la de un político cualquiera.
La
conclusión era evidente: Un nuevo parásito borbónico se apresura a
tomar la batuta del derroche, del apoyo al capitalismo salvaje, a las
dictaduras abominables de los países árabes y las euroinvasiones que
desembocan en gobiernos ilegítimos como el que padece Ucrania.
Horas más tarde, el inefable Mariano Rajoy pretendió engañar a medio
mundo que tiene acceso a Internet o que ha padecido la dictadura
franquista, con el cuento manoseado de que el “rey de copas” pavimentó
el camino a la democracia e inició las reformas y otros cuentos de
camino.
Los videos contradicen al caballero de marras y muestran cómo el
borbónico “demócrata” alguna vez señaló que el maldecido dictador
Francisco Franco Vaamonde, su padrino, era un “ejemplo viviente” por su
“desempeño patriótico al servicio de España”, al combatir ferozmente el
comunismo, además de provocar aquella célebre matanza en el pueblo de
Guernica, que inspirara al cubista Pablo Picasso.
¿Es que son montajes sus apariciones fotográficas con otros
maldecidos hombres como Augusto Pinochet y el terrible Jorge Videla?.
Pero la empobrecida y otrora orgullosa España, a estas alturas del
partido, debe conocer la verdad. Que sus ciudadanos no pueden estar
orgullosos de inclinarse torpemente ante alguien que es tan igual y
humano como ustedes y nosotros.
Nunca el “borbónico majadero” tataranieto del cobardón de Fernando
Séptimo, representó a ningún español de ninguna clase, salvo a la casta
empresarial de la cual fue otro extraordinario “lobbista” y que hoy
expolia y empobrece no solo a España, sino a cualquier otro país: los
banqueros del Grupo Santander, los ladrones de Repsol y los saqueadores
de Telefónica de España, tienen mucho que decir de bellezas de este
maestro de las formas palaciegas decadentes.
No podré entender nunca como podía ser imagen de una “democracia
parlamentaria”, pasticho incongruente con la realidad, un individuo que
siempre vivió de espaldas a su pueblo derrochando dinero de su pueblo en
viajes costosos, para asesinar algún que otro elefante en algún país
africano mientras le “falseabasudaderos” a su consorte.
.
¿Como puede ser orgullo de su patria disminuida un caballero que, en
plena adolescencia asesinó a su hermano, cosa que le perdonó su padrino
Francisco Franco?.
Basta de recordar el curriculum de este desvencijado señor, con
quien solo se identifican los pendejos monarquistas como los señores del
Noticiero Caracol y los miembros de la rancias oligarquías.
El destacado profesor Juan Carlos Monedero, los cinco eurodiputados
del partido español llamado “Podemos”, la Izquierda Unida y, en fin, las
fuerzas progresistas, independientemente de su ideario, ahora empujan
al pueblo español para que decida por sí mismo su destino.
Deben convencerlo de que sí tiene ventajas vivir en democracia,
aunque ningún régimen es perfecto y que los ladrones de cuello blanco
están en todas partes.
Que no es rentable que, mientras los tontos trabajan, los protegidos
del rey de copas expolien al pueblo y le quiten algo más que su dinero y
sus viviendas, mientras que el renunciante y su familia se dan la gran
vida, “luchando duramente”.
Que un monarca no es en modo alguno un mandatario, cosa que
demuestra la existencia de los Primeros Ministros. Que la monarquía ni
siquiera para cuentos infantiles puede servir. Que por eso fue que las
revoluciones europeas triunfaron, porque eliminaron un sistema caduco,
ajeno al sentir popular.
Y que en fin, solo se puede arrodillar uno ante Dios, como dijera el
Presidente Abraham Lincoln a un hombre que seguía creyéndose esclavo.
Esta presión que hacen los españoles que despertaron deberá ser
eficaz, pese a los “sectores impíos” que esperan “con mano ajena” que el
nuevo parásito les reafirme sus inmerecidos privilegios.
Ojalá un día no muy lejano podamos hablar de la República de España, que sí es sinónimo de democracia verdadera.
¡Que viva la Tercera República Española!. Y que viva quien la puede inspirar mejor: El Libertador Simón Bolívar.
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