Alguien en «El gato al agua», la tertulia del canal ultra
Intereconomía, tiene que estar todavía acordándose del día en el que
decidió invitar a Pablo Iglesias para enfrentarse a Federico Jiménez
Losantos. Han pasado 13 meses y el profesor universitario y director de
«La Tuerka» se planta en Bruselas con cinco eurodiputados para Podemos y
más de un millón de votos en el Estado español. Tras el éxito, pone la
vista en futuros comicios, tanto municipales y autonómicos como al
Congreso en Madrid.
En Euskal Herria también han tenido buenos resultados. ¿Se han llevado el voto de castigo a la izquierda española?
Creo que la gente ha votado mucho en clave estatal, por lo que hay que recibir esos resultados con prudencia. No está claro que si las elecciones fueran en la CAV o en Navarra los resultados fuesen los mismos. Es verdad que esa desafección ha asumido en Podemos un referente. Pero los casos vasco y catalán son realidades nacionales muy complejas en los que operan una serie de elementos que no operan en el resto del Estado.
¿Qué es lo primero que hará cuando llegue a Europa?
Proponer al resto de eurodiputados que se bajen el sueldo. Nadie de Podemos podrá cobrar más de tres salarios mínimos españoles, 1.930 euros. Vamos a proponer, por lo menos a los del Estado, que hagan lo mismo. El salario mínimo son 645 euros en 14 pagas, por lo que es indignante que un eurodiputado cobre 8.000.
Los referéndums en Escocia y Catalunya marcarán también la agenda europea en los próximos meses. ¿Qué posición van a mantener?
Respeto del derecho a decidir. Los demócratas entendemos que los problemas se tienen que resolver escuchando a la gente. Cualquier proceso que implique la posibilidad de dar a la gente la opción de dar su opinión es un proceso que respetar y defender. Es bueno que sea así.
Han desarrollado también los círculos. ¿Será la base de organización del partido?
La forma del partido, tal y como la hemos entendido históricamente, tiene muchos elementos de caducidad. La forma de organización que vayamos construyendo tendrá que estar adaptada a los nuevos tiempos.
¿Se ve regresando a Madrid para encabezar una lista a las elecciones españolas?
No digo ni que sí ni que no. Estaré donde la gente decida que puedo ser más útil.
Ninguna encuesta había previsto los cinco
eurodiputados de Podemos. ¿Se sienten uno de los ganadores del domingo?
¿Qué supone la irrupción de Podemos en Bruselas?
No estamos satisfechos con el resultado. No nacimos para ser una
fuerza testimonial sino para superar electoralmente a los partidos de la
casta. Hemos tenido un avance considerable, los partidos de la casta
han sufrido el correctivo más serio desde que se puso en marcha el
régimen del 78, pero estamos lejos de haberles superado. Este resultado
es un empujón para seguir trabajando. Sigue habiendo desahucios, seis
millones de parados, España es el segundo país de Europa en malnutrición
infantil. Es intolerable. Hemos avanzado, pero no basta.
¿Esperaban estos resultados?
Desde que salimos en encuestas, dijimos que no nos conformábamos. No
lo hacemos. Nos ha faltado pista, más tiempo de campaña. No aspiramos a
ser tercera o cuarta fuerza, sino a ganar.
Los votos del domingo reflejan la crisis
estructural del régimen español. Por una parte, en Euskal Herria y
Catalunya, desde el soberanismo. En el Estado, con una izquierda
distinta. ¿Qué perspectivas se abren?
Se ha castigado a los partidos de la corrupción, de la casta. Tiene
que ver con el PSOE, con el PP, pero también con CiU y el PNV. Se nota
un hartazgo respecto a los partidos que han gobernado en el conjunto del
Estado desde que se inició el régimen del 78. Se puede leer la
existencia de avances en clave de izquierdas pero nosotros seguimos
pensando que el Poder no teme a la izquierda, sino al pueblo. Si algo
hemos sabido hacer en Podemos es plantear que la izquierda se tiene que
hacer pueblo. Esto no es un problema de etiquetas ideológicas sino de
recuperación de la soberanía. De apelar a sectores amplios para no
conformarnos con lo que dejan a su izquierda los partidos de la
socialdemocracia, sino construir una mayoría política que responda a una
mayoría social que creemos que ya existe.En Euskal Herria también han tenido buenos resultados. ¿Se han llevado el voto de castigo a la izquierda española?
Creo que la gente ha votado mucho en clave estatal, por lo que hay que recibir esos resultados con prudencia. No está claro que si las elecciones fueran en la CAV o en Navarra los resultados fuesen los mismos. Es verdad que esa desafección ha asumido en Podemos un referente. Pero los casos vasco y catalán son realidades nacionales muy complejas en los que operan una serie de elementos que no operan en el resto del Estado.
¿Qué es lo primero que hará cuando llegue a Europa?
Proponer al resto de eurodiputados que se bajen el sueldo. Nadie de Podemos podrá cobrar más de tres salarios mínimos españoles, 1.930 euros. Vamos a proponer, por lo menos a los del Estado, que hagan lo mismo. El salario mínimo son 645 euros en 14 pagas, por lo que es indignante que un eurodiputado cobre 8.000.
Los referéndums en Escocia y Catalunya marcarán también la agenda europea en los próximos meses. ¿Qué posición van a mantener?
Respeto del derecho a decidir. Los demócratas entendemos que los problemas se tienen que resolver escuchando a la gente. Cualquier proceso que implique la posibilidad de dar a la gente la opción de dar su opinión es un proceso que respetar y defender. Es bueno que sea así.
Josu Juaristi, eurodiputado de EH Bildu,
ya anunció que su primera acción en Europa sería solicitar una reunión a
los presidentes del Parlamento y la Comisión para pedir mayor
implicación en la resolución del conflicto vasco. ¿Encontrará también
aliados en Podemos?
En todo lo que tenga que ver con el diálogo para trabajar en un
futuro de paz y respeto a los Derechos Humanos, tendremos siempre la
mano tendida para ayudar humildemente en lo que podamos.
En su intervención del domingo fijó también como objetivo las próximas citas electorales en el Estado. ¿Es un comienzo?
Como todo en Podemos lo tendrá que discutir la gente. Ahora lo
fundamental es organizar el trabajo que vamos a desarrollar tanto en
Bruselas como aquí, pero a mí me gustaría mucho que pudiéramos jugar un
papel en municipales y autonómicas. Creo que abren la posibilidad de
grandes confluencias con sectores de los movimientos sociales, la
sociedad civil y otras fuerzas de lo que nosotros entendemos como el
campo democrático.Han desarrollado también los círculos. ¿Será la base de organización del partido?
La forma del partido, tal y como la hemos entendido históricamente, tiene muchos elementos de caducidad. La forma de organización que vayamos construyendo tendrá que estar adaptada a los nuevos tiempos.
¿Se ve regresando a Madrid para encabezar una lista a las elecciones españolas?
No digo ni que sí ni que no. Estaré donde la gente decida que puedo ser más útil.
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