(Extractos del artículo “Arnaldo Otegi va camino de ser lehendakari“, firmado en eldiarionorte.es por Isabel Camacho)
La última decisión del Tribunal Constitucional de mantener en
prisión a Otegi y a otros cuatro condenados por el caso Bateragune no ha
sorprendido, pero sí llenado los sacos de indignación.
EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PARECE QUE ESTÁ COMPUESTO POR INEPTOS NEOFRANQUISTAS O FANS DE OTEGI CON TOGA
Ni a los criminales más peligrosos – desde luego, a ninguno de los
sentenciados en relación con los crímenes de Estado de los GAL, siempre
hay que recordarlo – se les ha aplicado la ley con tanta severidad.
Más bien, tan al contrario que roza el escándalo. Nunca debieron ser
encarcelados pero es que han cumplido tres cuartas partes de la
condena.
Estos días, alguien que no conozco me respondía en twitter que una
justicia rigurosa significa que el general Enrique Galindo (condenado a
75 años por los asesinatos de Lasa y Zabala) y Arnaldo Otegi pasen su
vida en prisión.
Creo que esta aseveración proviene de la ignorancia más que de la
mala fe. No es lo mismo asesinato que pertenencia a ETA (por ajustarme a
los motivos de las condenas).
Otegi no tiene delitos de sangre. El primero solo pasó 4 años en
prisión. El dirigente abertzale está en la cárcel por una decisión de la
Audiencia Nacional, que le consideró dirigente de ETA y le castigó a 10
años de cárcel.
Por simplificar: ¿Otegi dirigía ETA y
al mismo tiempo se enfrentaba por defender el abandono de la lucha
armada a la dirección y a los militantes de Batasuna que secundaban la
violencia?
El Tribunal Supremo revisó el fallo y, por tres votos a favor y dos
en contra, le mantuvo en la cárcel, rebajando la pena a seis años y
medio. Ya no era dirigente, solo miembro y ejecutor de las órdenes
terroristas en la coalición abertzale. ¡Menudo avance!
Uno de los votos disidentes alegaba falta de pruebas y pedía la
absolución; el otro abogaba por trasladar de nuevo la causa a la
Audiencia Nacional y celebrar el juicio con otro tribunal porque la juez
Ángela Murillo -¿recuerdan su actuación?- no fue imparcial.
Así han ido pasando los años y ahora pendientes de la resolución
definitiva tras presentar los presos un recurso de amparo que les
permita salir de prisión. Mientras, Otegi sigue incumpliendo su sueño de
ir al mar con su familia. Seguro que los otros encarcelados poseen sus
propios anhelos.
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