Hay momentos mágicos en televisión, y
este diálogo entre Ramón Espinar, investigador y miembro de Juventud sin
Futuro, y José Carlos Díez, economista reputado y pitoniso con el tarot
de los pitufos, es uno de ellos.
Como Ramón ya dice casi todo lo
importante, no añadiré más a esta introducción, pero… ¡José Carlos, José
Carlos!, oye, disculpa, pero ¿te has planteado que quizá el que no lo
has entendido eres tú?, ¿o es algo que te da igual si logras
generar confusión?
Ahora, para que Ramón no pierda la forma, hay que seguir poniéndole como
esparrin, y uno por uno, al resto de los chicos del oráculo de Viena:
Daniel Lacalle, Juan Ramón Rallo, etc., y ya puestos, al “tapado,
simpático y entrañable” Gay de Liébana y al resto de embaucadores
ambiguos que han logrado hacerse pasar para alguna gente por economistas
cercanos y casi progresistas. A ver si así, una vez desenmascarados,
conseguimos que en los medios tenga cabida algún economista de verdad de
izquierdas (de esos que creen que la economía debe estar al servicio
del pueblo, y no al contrario), que también los hay.
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