Imagen del informe redactado por la Dirección General de Seguridad. FNFF
Antonio Maestre⎮La Marea⎮29 de noviembre de 2014
Un informe de los servicios de
inteligencia de la dictadura, datado en 1966, narra el transcurso de una
cena en la que participó el entonces príncipe Juan Carlos de Borbón. El
documento pone de manifiesto los movimientos de la oligarquía
franquista y del futuro monarca para preparar un régimen
post-dictarorial que pudiera homologarse a los países europeos del
entorno. Eso sí, en la cena quedaba muy claro que el sistema resultante
tendría que ser fuertemente bipartidista. “El príncipe aludió a que
habría que evitar los excesos del pluripartidismo, a lo que Villar
[Masso] y otros abundaron en que bastaría con una inteligente Ley
Electoral para que se pudiera garantizar en la práctica el sistema de
dos grandes partidos, socialista democrático y demócrata cristiano, con
algún otro sector marginal o complementario”, se explica en un documento
firmado por la Dirección General de Seguridad al que ha tenido acceso La Marea y que se encuentra en el archivo de la Fundación Francisco Franco.
El dictador estaba obsesionado por saber
si el futuro rey Juan Carlos le era adepto o se había equivocado con su
designación como sucesor. Por ese motivo había dado órdenes a sus
servicios de información para que le detallaran cada paso que el
príncipe daba y cada reunión en la que participaba.
En la cena, que tuvo lugar el 27 de mayo
de 1966, nueve años antes de la muerte del dictador, estaba presente
también el “prestigioso” –en palabras del propio Servicio de
Información– abogado Joaquín Garrigues Walker. El letrado, considerado
uno de los artífices de la Transición, fue fundador de la Federación de
Partidos Demócratas y Liberales (FPDL), que acabaría integrándose en la
Unión de Centro Democrático (UCD), formación con la que llegó a ser
diputado por Madrid y por Murcia y ministro de Obras Públicas con Adolfo
Suárez.
El informe, con número 26686, también da
cuenta de los otros 10 comensales que participaron en aquella cena.
Entre los asistentes se encontraban prominentes hombres de negocios y de
la vida social y académica del momento, como el falangista y miembro
del Opus Dei Hermenegildo Altozano; el presidente de Telefónica, Antonio
Barrera; el consejero del Banco Urquijo Pedro Durán; el presidente de
la Asociación Católica Nacional de Propagandistas, Alberto Algora; el
catedrático de la Universidad de Navarra Antonio Fontán; el notario
Alberto Ballarín; el catedrático de la Universidad de Santiago Carlos
Fernández Novoa y otros nombres ilustres del momento. Muchos de ellos
desempeñaron un papel clave en el proceso de construcción de la
Transición. En este sentido se puede destacar a Antonio Fontán, primer
presidente del Senado, de 1977 a 1979; a Antonio Barrera, ministro de
Hacienda en 1973; y a Manuel Ortínez, quien participó en las
negociaciones para la vuelta a Cataluña de Josep Tarradellas con el
visto bueno del rey Juan Carlos.
La conversación que se mantuvo en
aquella cena fue filtrada por uno de los asistentes. En el informe se
detalla que el entonces príncipe “habló con respeto de la figura del
jefe de Estado” y que sostuvo que “el balance del Régimen sería
positivo”. Sin embargo, los asistentes se mostraban cautos ante el hecho
de que se le asociara públicamente y de manera estrecha con el
dictador. El príncipe estuvo “a la vez espontáneo y prudente”, “muy en
su papel” y, eso sí, “no comprometiéndose en ningún momento”. El
documento asegura que la conversación fue “viva y muy libre” y las
“bases comunes” sobre la configuración del régimen postfranquista, como
la instauración de un bipartidismo fuerte, “se revelaron muy grandes”.
El resto de la historia es ya conocida. La Transición instauró un
sistema dominado por dos grandes partidos que en las últimas décadas han
evitado esos “excesos del pluripartidismo” que tanto preocupaban a Juan
Carlos de Borbón, pero que hoy está más en cuestión que nunca.
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