domingo, 27 de abril de 2014

El 15-M, el partido X y el nuevo paradigma político


El tiempo ha pasado desde que surgió el 15-M en España. Ese nombre se le dio a la multitudinaria movilización de ciudadanos el 15 de Mayo del 2011, que se manifestaron en la puerta del Sol en Madrid y en la plaça Catalunya en Barcelona, bajo las consignas de Democracia real ya! y No somos mercancías en manos de políticos y banqueros. Esto en la coyuntura de una grave crisis financiera y a la espera de unas elecciones presidenciales que se disputaban prácticamente entre los dos principales partidos: el Partido Popular (PP) y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), resultando ganador Mariano Rajoy del PP.



Las críticas del 15-M eran claras. Por una parte exhibían el contubernio neoliberal bipartidista, cuando el ahora expresidente José Luis Rodríguez Zapatero se había mostrado durante su mandato apologético a una política neoliberal, lo que resultaba en contradicción cuando el marco de su partido se supone representante de posturas de izquierda. El neoliberalismo, modelo económico producto de académicos tecnócratas de ultraderecha en la Universidad de Chicago, parecía invadir los programas de los políticos de izquierda.
Dado que los ciudadanos no veían alternativas en sus posibilidades electorales, demandaron una democracia real, pues ningún político representaba las inquietudes ni los deseos de la población.
Por otra parte, la quiebra de los bancos y la dominación económica de las corporaciones, afectaron (y siguen afectando) gravemente a la población, metiendo a la nación en una enorme deuda que terminaron pagando los ciudadanos con una política de austeridad, mediante la aplicación de recortes laborales y deshaucios.
Poco después, en el contexto de una realidad semejante, emergió una movilización de igual envergadura en Estados Unidos con el nombre de Occupy Wall Street, al que debemos la conceptualización de la disparidad del 1 por ciento contra el 99 por ciento, lo que significa que una élite plutocrática y política minoritaria domina en la desigualdad a una mayoría, siendo ésta, la población. La proporción de la acumulación económica y de poder en el 1 por ciento fue un reflejo que de inmediato se volvió consigna tanto del 15-M, como de muchos otros movimientos sociales hermanos en el mundo incluyendo al YoSoy132.
Posteriormente, el 15-M, se convirtió en una enorme red de ciudadanos en donde trabajaron diversas propuestas; algunos datos registran hasta 14 mil 679 desarrollos. Toda esta actividad se realizó en su mayoría a través de Internet. Las redes sociales como Twitter o Facebook se volvieron una plataforma para la interacción, la discusión, el diálogo y el intercambio de propuestas entre los españoles, y punto de reunión para las ofensivas políticas que hoy se le conocen como mareas. Con las “mareas” han tenido como logros evitar que se cierren los servicios de salud; con el proyecto estafaluz permitieron el ahorro a los ciudadanos de 500 millones de euros y con el colectivo 15MpaRato lograron sentar en el banquillo a Rodrigo Rato, exdirector de la entidad financiera Bankia por delitos de estafa, apropiación indebida y falsificación de cuentas anuales. También la organización en red dio cabida a que el movimiento trabajara en línea y formara diversos colectivos como contrapeso a un gobierno con tintes fascistas.
La metáfora de The Matrix comenzó a tomar forma en España. Las mareas se volvieron como los cyberataques de un hacker. La cultura política gradualmente empezó a tener profundas modificaciones en cuanto a su constitución, dinámica y ofensiva, y el Internet pasó a ser el principal ágora y el campo de batalla. De aquí surge el nuevo Partido X como un esfuerzo para construir una verdadera democracia. La idea central es que el partido está constituido y manejado directamente por ciudadanos.
La “X” hace alusión a la aleatoriedad de sus miembros y a la ausencia de una ideología rígida, pues una infinidad y diversidad de ciudadanos, de manera transversal, interaccionan en temas con esta plataforma, como lo establecen ellos mismos, “la Red Ciudadana Partido X es un dispositivo de guerrilla de la comunicación para la intervención en espacios electorales y para hackear los sistemas políticos con la idea de una democracia del siglo XXI.” Siendo así “las leyes se elaboran en internet o en espacios habilitados permanentemente en instituciones públicas (oficinas de correo, ayuntamientos, etc…) a la vista de todos, y todo el mundo puede aportar”.
Frente a las elecciones del parlamento europeo, en la lucha de que "la ciudadanía le gane unas elecciones a la partitocracia", pretenden insertar en el parlamento a lo que lo que ellos llaman un “hacker”, con el propósito de que sea un agente que permita dar voz las exigencias ciudadanas. La función que tienen pensado para este “enviado” es que pueda denunciar quiénes y cómo son cómplices de la corrupción y de los lobbies del poder financiero. De ser así, visibilizarían una de las tantas luchas que tienen en su agenda.
El método empleado es un listado de ciudadanos que ellos consideran como “peligrosos para el sistema” en donde el primero en la lista es Hervé Falcian. Él era un ingeniero informático que trabajaba como responsable de análisis técnicos en el departamento de proyectos estratégicos del HSBC, “cuando se dio cuenta de que la forma de gestionar los datos bancarios en el HSBC fomentaba el fraude fiscal, propuso un nuevo sistema, que fue rechazado por sus superiores en la entidad”.
Lo que proponen “es socializar la figura y los conocimientos de Falcian, como símbolo de la lucha contra la corrupción y del control de los ciudadanos sobre el poder financiero para el beneficio común de todas las luchas contra el 1 por ciento”. Al insertar su figura en la opinión pública, Falcian puede adquirir la legitimidad para representar a la ciudadanía y tener el fundamento social suficiente y poder lograr los cometidos que la misma ciudadanía exponga.
El propósito de la Red Ciudadana del Partido X está en manos de los ciudadanos. Y esto no solamente concierne a los españoles; pues en esta realidad, en donde el neoliberalismo ha globalizado la economía y la política, Falcian puede fungir como una figura que también represente las inquietudes de la ciudadanía mundial. Las decisiones que toma una élite en el parlamento, conectado internacionalmente con las oligarquías del mundo y dadas las condiciones actuales de la economía, pueden afectar a una buena parte de la población del globo. Vale la pena apoyar este nuevo paradigma político producto de un movimiento multitudinario ciudadano: el 15-M. 

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