Llevamos décadas pagando a sus sátrapas, dictadores, jeques y señores de la guerra para que nos protejan de la amenaza terrorista y ellos financian y forman a sus terroristas para que nos amenacen
Partidos y gobernantes que han usado a
las víctimas del terrorismo como uno de sus mayores activos electorales
le afean a Marine le Pen que ahora exactamente haga lo mismo y para
conseguir idéntico resultado: ganar las elecciones, como sea. Nada gana
más elecciones que el miedo.
Los mismos que llevan
décadas demonizando al nacionalismo en el nombre de ETA, denominan ahora
al islam en el nombre de Estado Islámico o Al Qaeda. Ellos no tienen
nada contra nadie y no sería justo generalizar, advierten mientras hacen
exactamente eso, pero los europeos, cristianos y demócratas no
permitimos esas cosas… A no ser que nos convenga, no quede otro remedio y
lo diga la ley de Dios, como en Croacia, o en Bosnia, o en el Sáhara.
O ellos o nosotros, sentencia el discurso oficial. Esto es una guerra,
nos avisan. Todavía irá a más y a peor, se ha apresurado a advertir el
ministro Fernández Díaz, quien jamás permite que una tragedia le
estropee hacer un poco de propaganda.
Todo el mundo
se pregunta cómo un comando terrorista de apariencia militar ha podido
ejecutar a plena luz del día y en París a media redacción de una revista
tan conocida como Charlie Hebdo. Sucede a diario
en Siria, en Irak o en Palestina. ¿O realmente pensábamos que la
globalización era algo que solo pasaba en los mercados y para los
negocios? Y aunque así fuera, ¿la muerte no es uno de los negocios más
rentables que existen?
Nosotros llevamos décadas
pagando a sus sátrapas, dictadores, jeques y señores de la guerra para
que nos protejan de la amenaza terrorista y ellos financian y forman a
sus terroristas para que nos amenacen. Así funciona. Dios, Alá, el odio,
la venganza, los palestinos o los sirios solo son una coartada. Es otro
negocio que se globaliza.
Más intolerancia, más
miedo al diferente y al desconocido, más policía y más seguridad. Ya
sabemos cómo acaba esto: más guerra contra el terrorismo y más dinero
para los sátrapas y los dictadores. Poco importará que la historia nos
haya enseñado que el miedo y el terror solo se combaten con más
libertad, más democracia y un poco más de inteligencia.
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