Con este genial tuit rescataba @Famelica_Legion
la excelente nota “75 años después de la Guerra Civil, aún quedan más
de cien mil desaparecidos por desenterrar” que en su momento publicaron
las periodistas A. Larrañeta y Victoria Luna.
Un oportuno momento como para volver a
traer a la memoria (y a las portadas, ¿por qué no?) la ignominia de un
estado que no ha pagado por sus crímenes, no ha implementado justicia en
lo más básico de los derechos humanos y que al día de hoy es a nivel
internacional el emblema de lo que NO hay que hacer ante los crímenes de lesa humanidad.
Gracias por rescatar esta noticia del 7 de abril del año 2014, plenamente vigente al día de hoy. Y nos pesa decirlo.A seguir el artículo mencionado:
En las cunetas, en los bosques, junto a
las tapias de los cementerios. En agujeros, enterrados como se da
sepultura a los animales, hay todavía más de 100.000 civiles
republicanos desaparecidos tras ser asesinados en la Guerra Civil y el
franquismo.
Cuando se acaban de cumplir 75 años
del final de la contienda (el pasado 1 de abril), las asociaciones para
la recuperación de la memoria histórica denuncian que desde hace dos
años, cuando tomó posesión el Gobierno de Rajoy, no se ha concedido ni
una sola subvención a la exhumación de fosas comunes.
Las fosas de la guerra civil
Se han exhumado solo 6.300
desaparecidos de los 113.000 que se estima que hay La desaparición
forzosa supone la violación de múltiples derechos humanos. Incluye
tortura, asesinato y ocultación del cadáver. España es el segundo país
del mundo en número de desaparecidos cuyos restos no han sido
recuperados ni identificados, tras Camboya, según la Asociación Jueces
para la Democracia.
Las investigaciones más precisas,
avaladas por la Audiencia Nacional, contabilizan hasta 113.000 civiles
desaparecidos, de los cuales se han podido exhumar y entregar a sus
familiares a 6.300 en los últimos catorce años. “Hasta el año 2000 eran
los familiares los que directamente, pico y pala en mano, iban a sacar
de las cunetas a sus familiares.
No fue hasta el año 2000 que empezaron
a hacerse las exhumaciones de forma más profesional”, explica Emilio
Silva, portavoz de la Asociación para la Recuperación de la Memoria
Histórica. El anterior Gobierno aprobó en 2006, un año antes de la Ley
de la Memoria Histórica, unas ayudas públicas de hasta 60.000 euros por
proyecto (que incluían varias fosas). “La ayuda que se recibía daba para
pagar al arqueólogo, sus viajes o el hotel”, explica Silva.
Pero el grifo se cerró. “Quieren
morirse tranquilos habiendo enterrado a su padre” Desde hace dos años no
se concede ninguna ayuda a las exhumaciones con arreglo al Estado.
Concretamente, desde que el Partido Popular llegó al poder en noviembre
de 2011. Para paliarlo, algunas Comunidades Autónomas, como Navarra, han
aprobado recientemente ayudas económicas a la apertura de fosas. Pero
la mayoría de las exhumaciones siguen haciéndose gracias al trabajo
voluntario. “Los motivos humanitarios que debía tener el Estado se
suplen con gente que se siente recompensada con el ánimo que reciben de
los familiares que, a pie de sepultura, les dicen que quieren morirse
tranquilos habiendo enterrado a su padre o a su hermano”, explica Silva.
Hubo un tiempo en el que todo el monte estuvo lleno de cruces para los muertos
Nicomedes y Benito eran hermanos de
Hipólita. El primero fue asesinado en la localidad sevillana de El Álamo
un día después de entregarse al mando en 1938 para evitar las
represalias a sus hermanas por su condición de sindicalista de la CNT.
Benito había muerto dos años antes tiroteado en la Sierra de Nerva
(Sevilla), donde se refugió tras el golpe. Cuando Hipólita estaba en el
lecho de muerte, su hijo Santiago le prometió que los encontraría.
Todo lo que se sabía es que Nicomedes
estaba enterrado en una cuneta de El Álamo y Benito en algún lugar de la
sierra. El 21 de noviembre de 2011 el equipo de la Asociación para la
Recuperación de la Memoria Histórica empezó los trabajos en El Álamo.
Esa misma mañana, tras las catas y las zanjas, los familiares se fueron a
comer. A la vuelta ya aparecieron los restos. Bastaron cuatro días para
desenterrar a Nicomedes, junto a cuyo cuerpo se encontró el de otro
cenetista, José María Martín García.
La mayoría de exhumados son hombres de 30 a 45 años
Nicomedes tenía 33 años cuando murió
asesinado. Se había entregado el día antes, bajo la falsa promesa del
mando de Queipo de Llanos de que nada debían temer quienes no tuvieran
delitos de sangre pendientes. Como Nicomedes, la mayoría de los
exhumados hasta la fecha en España son hombres (el 97% de los casos,
según Emilio Silva) de entre 30 y 45 años. Santiago Fernández pudo el
año pasado, finalmente —tras recibir los informes del forense— inhumar
los restos de su tío Nicomedes junto a los de su madre, Hipólita. “Fue
muy emocionante. Yo nunca conocí a mi tío, pero sí conviví con el dolor
de mi madre por su pérdida”, relata Santiago. Con su otro tío, con
Benito, la familia está teniendo hasta la fecha peor suerte. “No sabemos
exactamente en qué lugar del monte está enterrado. En la sierra se
guarecieron muchos. Dicen que hubo un tiempo en el que todo el monte
estuvo lleno de cruces para los muertos. Va a ser muy difícil”, se
lamenta.
Incumplimientos y asignaturas
pendientes Emilio Silva —también nieto de un desaparecido— lamenta que
75 años después todos los problemas que tienen que ver con la memoria
histórica sigan vigentes; que las normas que se legislan acaben
subdesarrolladas y se pongan cada vez más trabas a las exhumaciones.
La asociación que representa no
entiende tampoco que se invierta más en el Valle de los Caídos que en
recuperar a los desaparecidos (en 2013 el Ejecutivo anunció que iba a
invertir 214.000 euros en restaurar la portada de la basílica), y que se
ignore el mandato de la ONU respecto a las obligaciones del Estado
Español.
El Grupo de Trabajo sobre
Desapariciones Forzosas de Naciones Unidas emitió un informe en
septiembre pasado en el que instaba a España a investigar las
desapariciones del Franquismo, al considerar que se tratan de delitos
imprescriptibles y no sujetos a amnistías, como la de la Ley de 1977. La
organización internacional remarcó la “situación de impunidad de los
responsables de desapariciones forzadas durante la Guerra Civil y la
dictadura”.
Las otras grandes asignaturas pendientes son el Valle de los Caídos y el tema de los nombres de calles y símbolos franquistas
Pero a Silva le pesa, sobre todo, la
ignorancia del pasado y considera que el mejor homenaje a los
represaliados en la Guerra Civil y el franquismo se debe hacer en los
libros de texto, para que esta terrible etapa de la historia de España
“no esté relegada al final donde nunca se llega, ni con biografías
blanqueadas que garantizan la incultura de los derechos humanos”.
Las otras grandes asignaturas
pendientes son el Valle de los Caídos y la retirada de los nombres de
calles y símbolos franquistas que aún existen en numerosos municipios y
ciudades de España. El problema es que la ley, según el doctor en
Ciencia Política e investigador Jesús de Andrés, “está muy
subdesarrollada” y, pese a que inicalmente era muy ambiciosa, “al final
se quedó en agua de borrajas”. “Fue un brindis al sol”, añade. “Implica
cierta obligación de retirar símbolos franquistas, pero no especifica
cuáles ni cómo hacerlo”. El resultado es que queda todo en manos de la
voluntad de los ayuntamientos, y aunque con los años se han ido
retirando muchos, hay numerosos lugares en los que aún perduran. Solo en
Madrid, por ejemplo, hay más de 150 símbolos y calles con nombres
franquistas. En cuanto al Valle de los Caídos, la ley solo habla de la
prohibición de celebrar allí actos políticos.
El Ejecutivo de Zapatero constituyó
una Comisión de Expertos para reinventar el monumento, y en noviembre de
2011 emitió un informe en el que recomendaba trasladar los restos de
Franco e iniciar trabajos para identificar a los 12.410 cadáveres
desconocidos que aún reposan en el templo. El Gobierno de Rajoy aparcó
el asunto y, el verano pasado, manifestó en respuesta escrita al
diputado socialista Ramón Jáuregui que no tiene intención de actuar para
cambiar de significado el monumento que Franco ideó para inmortalizar
su victoria. El argumento esgrimido fue que no querían “reabrir heridas
innecesarias”.
http://www.20minutos.es/noticia/2102764/0/desaparecidos/guerra-civil/exhumaciones/#xtor=AD-15&xts=467263
Aún quedan 100000 personas enterradas en cunetas por el franquismo http://www.20minutos.es/noticia/2102764/0/desaparecidos/guerra-civil/exhumaciones/ …
http://kaosenlared.net/quedan-cien-mil-personas-enterradas-en-cunetas-por-el-franquismo-a-el-le-preocupa-la-pitada/#.VWtSsw6DR48.facebook
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