“Fue
el viernes por la noche y se sentaron seis personas a cenar, dos
adultos y varios adolescentes”, confirma a 'Vanitatis' el camarero que
atendió a la familia Urdangarin en un lujoso local toscano
“Fue el viernes por la noche y se sentaron seis personas a cenar, dos adultos y varios adolescentes”, confirman a Vanitatis desde el propio restaurante. Quien habla al otro lado del teléfono es uno de los camareros que atendió a la familia Urdangarin, y con “adolescentes” se refiere a los cuatro hijos del matrimonio, de los que no duda en destacar lo “altos” que son. "Nosotros no sabíamos quiénes eran. Solo después de que se fueron, una mesa de huéspedes españoles nos dijo que teníamos un invitado muy importante", explican.
Según el restaurante, los duques de Palma y sus cuatro hijos hicieron una cena muy simple "porque era Viernes Santo y por eso no tomaron ningún plato de carne". Los Urdangarin pidieron: Carabaccia (cebolla sopa florentino), espaguetis con espárragos trigueros y queso parmesano fundido con azafrán, pan de hojaldre con brócoli, anchoas del mar de Liguria y pesto de tomate seco, pastel con corazón de queso de oveja, risotto con manzanas y aroma de bergamota y para beber una botella de Chianti Classico.
En apenas 24 horas expira el plazo para que doña Cristina haga efectivos los 2,6 millones de euros de la responsabilidad civil fijados por el juez José Castro, y de nuevo su nombre volverá a estar de plena actualidad. Muy a su pesar, su nombre figura en la última providencia del 'caso Nóos' y, como consecuencia, al igual que su marido, la infanta deberá sentarse en el banquillo de los acusados para declarar próximamente.
Por eso, antes de volver a rendir cuentas con la justicia, la hermana del Rey Felipe VI y su familia han decidido refugiarse en este enclave italiano. Un enclave en el que han sido reconocidos por varios españoles a los que sorprendió ver a los duques de Palma rodeados de varios escoltas y absolutamente ajenos a su inminente cita judicial. “Disfrutaban de la cena en un ambiente muy distendido”, dicen quienes fueron testigos de su presencia en la Toscana.
Este viaje a Italia no es el único que desde España se ha mirado con recelo dada la nueva condición de imputados de los duques de Palma. Con el estallido del 'caso Nóos', la pareja hizo las maletas y se instaló en Ginebra para huir de esa presión mediática a la que estaban sometidos y que sacaba a la luz cada uno de sus pasos.
Estos planes chocan con la situación en la que dice encontrarse el duque ya que, según ha podido saber Vanitatis por fuentes judiciales, Iñaki Urdangarin, a quien Castro le impuso una fianza de responsabilidad civil de 16 millones de euros, podría declararse insolvente, una figura legal a la que le habrían recomendado que se acogiese sus propios abogados.
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